viernes, 10 de diciembre de 2010

La primera vez que me robaron

La historia de mis robos constará de tres capítulos 
porque tres fueron los robos ocurridos
a lo largo de toda mi corta vida
¡enjoy!


La primera vez que me robaron; Ese día empezó todo. Años atrás mi persona solía surcar las calles del Gran Buenos Aires sin la más mínima preocupación, era un ser feliz y sin mayores preocupaciones para con los peatones con quienes debía compartir las veredas. Pero todo cambió en mi primera vez.

Corría el año 2007 ó 2008, y ese día habíamos salido temprano del colegio, aproximadamente a las diez y media. Habiendo sido previamente avisados sobre esto, decídí tener una mañana productiva por lo que le pedí a mi madre que me diera dinero para ir a comprar unas botas que una amiga había visto -y comprado- en liquidación. Recuerdo que salían $100, por lo que mi bolsillo trasejo del jean poseía lo que para mí era una pequeña fortuna.
Mi fortuna y yo nos fuimos entonces al negocio de botas, pero no tuvimos suerte. El talle disponible más chico era 37, y yo calzo un mínimo mínimo 35. (Como diría mi madre, tengo pies de princesa).
Me fui entonces, abatida y apesadumbrada a mi dulce hogar, cargando mis cien pesos, mis llaves y mi celular. Volvía pajera tranquilamente, caminando pasito a pasito por la vereda que está al costado de la vía, cuando de repente sucedió.

Mi madre solía decirme que no vuelva por ahí, pero nunca le hice caso. Es verdad que esa calle no es la mejor del barrio, pero es el camino más corto de mi casa a la estación. De más está decir que creo que hace 2 ó 3 años que no camino más por ahí. 

[...] cuando de repente sucedió. A menos de tres cuadras de mi casa un muchacho de no más de 20 años y 1.70 cm. de altura caminó rápido hacia mí y me susurró algo al oído. Siendo sorda como soy y acostumbrada a esos comentarios masculinos mencionados en entradas anteriores, supuse que -aunque un poco agresivamente- el muchacho me estaba piropeando. Lo observé despectivamente entonces, hice caso omiso de lo que me dijo y seguí caminando como quien no quiere la cosa; A lo que el muchacho me pasó su brazo por los hombros y me susurró más fuerte "dame el celular". 
El terror invadió mi ser todo, y a lo único que atiné fue a darle mi celular de ese entonces y salir corriendo como alma que lleva al demonio. En medio de mi carrera escuché que me dijo algo así como "y no llames a la policía porque sé dónde vivís". Realmente un pendejo de mierda que se creía vivo.
Llegué a mi casa con una velocidad prodigiosa y con la cara empapada en mocos y lágrimas. Mi madre me recibió y me preguntó qué me había pasado; E intentó consolarme, pero yo no podía dejar de moquear. Recién diez minutos después las lágrimas dejaron de salir de mis ojos, pero ya no volvería a ser la misma...


To be continued...

5 comentarios:

Tom dijo...

Pobrecitaaaaa!

Y ahora me robaste una cara de ternura, ladrona.

Rocio McManus dijo...

ahhh te entiendo =( te agarra una desesperacion importante :(

Pablo dijo...

jajajaja! el mejor comentario es el de Tom, mucho mejor de lo que se me hubiera ocurrido! jajajaja!

Ya te había dicho: qué lindos esos pies de princesita! ja!

Cosas que pasan eso de los robos, la primera vez que me robaron yo tenía 11, venía caminando con un amigo y un flaco de unos 16/18 se nos acercó y nos apuró... mi amigo llevaba mucha plata encima (para esa edad), le da todo de una y yo me puse a caminar con el chorro... a hablarle hasta por los codos, convenciendolo para que nos devolviera la plata. Nos dió el 80% de lo robado! jajajajaja!

Beso

Lolita dijo...

Estuve dos años luz (?) (mentira, mentira, era para molestarte :P) riéndome del "hagan el esfuerzo de cambiar el "cómo me gustaría que mi ñandú tome el agua de tu zanja" por al menos un "qué bonita sos" o similar"

JAJAJAJ. A mí me gritan más con "pero qué tetas, mamáaaaaaa", "uuuuh mamiiiiita" y una vez hasta "HERRRRRRRmosa, ¿sos de Huracán? (WTF)".

Una amiga de mi prima, que tiene unos pechos bastante prominentes, una vez, harta de que le dijeran "mamita, ¿dónde es la fiesta?" señaló su zona pélvica con ambas manos y gritó con voz digna de un camionero: "ACÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAA". El señor no pudo más que quedarse así :|
Sublime.
Ahora leo éste, perdón, tenía que comentar sobre ese otro posteo que fue increíble xD

sofía dijo...

Tom: Juju *hace ojitos*

Walkiria: Horrible!

Pablo: Mis pies de princesita son unos de mis orgullos jaja.
Me mató esa táctica de charlar, creo que jamás en mi vida se me hubiera ocurrido impementarla. Y btw, jamás lo haré tampoco.

Loli: Ojalá me gritaran qué tetas. Algún día me las voy a hacer y recibiré esos piropos :(