El pequeño detalle es que nunca tuve agujeritos en las orejas, porque a mis padres se les dio por dejar que yo decidiera hacerlos cuando fuera grande. Como cagona que soy nunca me animé a hacérmelos hasta hace 2 meses, pero ando teniendo problemas para cicatrizar el izquierdo, que insiste con infectarse.
La cuestión en sí, es que por mi cumpleaños un amigo me regaló un divino par de aros de pluma de pavo real! No hace falta que diga que estoy más contenta que perro con dos colas, es claro.
Estoy en vías de resolver un gran trauma de la infancia, wish me luck.
♥ |
2 comentarios:
Esperemos que el pobre pavo real no haya dedo su plumaje para que vos no te animes a usarlo y termine en un cajoncito de esos que guardan boludeces que no da para usar pero tampoco para tirar.
Juro que los usaré cuando mi oreja podrida se digne a curarse
Publicar un comentario