Lo bueno de que hoy sea viernes

Pensaba levantarme a las diez y media de la mañana para pedir un turno en la depiladora y seguir durmiendo hasta horario indefinido; Más no señoras y señores, me despertó la imbécil de mi perra aullando porque afuera llovía y se estaba mojando.

Como no podía ser de otra manera, la inútil de mi hermana tiene menos chispa en el cerebro que un fósforo mojado, y no se le ocurrió que la perra quería pasar para el otro lado; Por lo que le grité desde la cama con voz de ultratumba que vaya y le abra la caja*.  
Muy equivocada pensé que iba a poder conciliar el sueño de vuelta, hasta que escuché un sonido a pisaditas de agua dentro de la casa. Supuse que era mi hermana, mojada, quien no había tenido la buena idea de secarse los pies al entrar. Al levantarme para cagarla a pedos y decirle que se limpie descubrí -con horror- que se había inundado la cocina, el pasillo, y parte del living.
Claramente la llené de insultos y le pregunté por qué carajo no me había avisado que la casa estaba inundada, siendo que ya me habían despertado los aullidos de la perra esa de mierda a quien no había hecho callar. No esperé a escuchar su respuesta y fui directo a buscar el secador para emprender la ardua tarea de sacar agua de una casa, cosa que nunca había hecho antes.

¿Saben por qué nunca lo había hecho antes? Porque nunca tuve problemas de ese estilo en mi casa. Lo que no comenté fue que mi padre originó todo esto. Gracias a su caja-barrera de mierda el agua no pudo circular para el garage y desagotar a la vereda, por lo que ingresó a la casa -habiendo colapsado previamente la rejilla del patio.

Así que ahora ustedes cuéntenme qué carajo es lo bueno de que hoy sea viernes, porque yo no estoy al tanto.




* En el patio tengo una caja divisoria (sí, una caja) entre el garage y el patio propiamente dicho, para que la perra no pase y haga sus porquerías ahí porque a mi padre le molesta; Así que implementamos la caja-barrera.